De ida por la autopista Transvolcánica
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Encendemos los motores porque la Jazolinera de hoy tiene como destino estrenar la nueva carretera Transvolcánica: se trata de un tramo de menos de 20 kilómetros que complementa y expande la autopista actual de Guadalajara a Manzanillo en 4 carriles, pues antes era de doble circulación, mientras que en algunos puntos la vía contaba hasta 6 de ellos.
Con el tanque lleno partimos desde la Jazolinera en Ciudad Guzmán, municipio de Zapotlán El Grande rumbo a Colima. Entroncamos en la autopista que hacia el norte nos lleva a Guadalajara y al Sur hasta la costa colimense. En el tramo de doble carril, pasando el Tecnológico de Ciudad Guzmán, se anuncia la última salida hacia la carretera libre para no pagar cuota o para disfrutar las montañas y barrancas desde el volante, porque como pasajero el mareo es muy posible.
Visualicé tres anuncios hasta el mismo que entronca hacia la carretera libre, ese tramo que nos llevará a Cuatro Caminos para decidir si el viaje se desvía por unos tacos de la estación de Tuxpan, unos tacos de carnitas de San Juan Espanatica rumbo a Jilotlán y Tecalitlán, o a la barranca de Atenquique para ir hasta Pialla, Platanar y San Marcos.
Luego de ese tramo ya conocido por su reciente ampliación a cuatro carriles (hace cuatro años aproximadamente) viene la conexión hacia la nueva carretera. Ahí no hay necesidad de señalamientos, sólo un poco de precaución basta para familiarizarse con la ligera curva hacia la derecha, en lugar de la izquierda anterior cuando iniciaba la doble circulación con carril sencillo.
Comienza el gran descenso que apenas es perceptible porque este tramo no desciende a las barrancas, sino que conecta las mesetas con 14 puentes. En menos de dos minutos ya había pasado Atenquique casi sin curvas.
El pavimento es rugoso, con algunas piedras de la carpeta asfáltica todavía sueltas, algo de polvo y balizamiento nuevo. Algunos conductores con nitro en el tanque o en la sangre rebasan por la izquierda a exceso de velocidad (marcado como 110 km/h en este nuevo trayecto), polvo y piedras se impactan en la lámina y cristales de quienes vamos reconociendo el terreno y disfrutando el paisaje. Un tractocamión pasa también a exceso de velocidad, con su remolque que retumba en su estructura y en la unión del puente de Pialla por el que pasamos. Seguramente va sin carga.
Aunque esta carretera no tiene pendientes muy peligrosas, noto que no existen rampas de emergencia, por si algún vehículo tiene más Jazolina que frenos.
Platanar se ve a lo lejos, abajo y a la izquierda. A la derecha otra barranca, más allá el volcán y el Nevado. Adelante sigue la Barranca de Beltrán, que ahora tiene tres puentes: el antiguo por la libre, el de la primera autopista que tenía un cartel para comparar su altura con la Torre Latinoamericana y este nuevo desde donde vemos el que era el más alto de esta autopista. En pocos kilómetros llegamos a San Marcos y al fin de este nuevo trazado carretero.
Al paso de la Transvolcánica hacia la existente se nota una curva forzada, con poco señalamiento y menos protecciones que las recomendadas por la normativa. Hubo un accidente: un Honda Accord color plata siguió derecho y se impactó contra el carril opuesto. Las notas del día siguiente reportan sólo daños materiales y denuncian falta de señalización adecuada. Ese entronque seguramente no está terminado, sino improvisado para cumplir anticipadamente a la última fecha anunciada para circular por la Transvolcánica.
Muchos autos, camiones y motocicletas pasan, más accidentes se podrán evitar con la adecuada conexión conforme a la norma. Mientras tanto, mirar hacia adelante es de mucha ayuda para prevenir estos desvíos innecesarios, tan adelante como la vista lo permita y no sólo justo al frente de nuestras ruedas.
Más información e imágenes:
https://www.tyt.com.mx/nota/reanudan-obras-en-la-autopista-transvolcanica-colima-guadalajara
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